La industria turística volverá con fuerza; miles de personas sentirán la necesidad de salir al mundo en busca de reencuentros, experiencias, negocios y sueños. El movimiento existe en nosotros, por naturaleza. Pero debemos saber que el mundo será nuevo para todos, y también para el TURISMO.
Hemos aprendido a no malgastar nuestro tiempo y nuestros recursos, optimizando al máximo el trabajo, siendo cada vez más efectivos. La calidad del servicio no será una variable de ajuste; tendremos públicos cada vez más enfocados y exigentes. Ellos también habrán hecho el proceso. Es por eso que la felicidad de nuestros pasajeros será una inversión, será nuestra propia felicidad.
La industria turística volverá con fuerza; miles de personas sentirán la necesidad de salir al mundo en busca de reencuentros, experiencias, negocios y sueños.
Aun siendo empresas medianas o pequeñas, sin grandes estructuras, tendremos que brindar las mejores opciones del mercado. Nuestro punto de comparación será el mundo. Para eso, será necesario habituarnos aún más al uso de la tecnología y asociarnos con empresas específicas que eleven nuestro servicio para que sea competitivo. Aprendimos que construir grandes estructuras genera un alto costo y no solo en lo económico; son necesarios mandos intermedios que controlen el rendimiento, tiempo y energía enfocados en la organización, aumentar las tareas administrativas, etc.
En este futuro próximo de las Agencias de Turismo, serán las empresas medianas y pequeñas (incluso unipersonales) las que marcaran el camino a seguir. Usar las mejores herramientas tecnológicas, asociar nuestras estructuras con las de otras empresas, utilizándolas como apoyo, y administrar eficazmente (armoniosamente inclusive) el uso de nuestros recursos y nuestro tiempo.